Se realizó en agosto de 2008 en un restaurante del Paseo de Los Tristes de Granada. Tras la entrevista, subieron al Albayzín a casa de Marina Heredia donde la cantaora celebraba el cumpleaños de su hijo y tras el cual surgió una fiesta flamenca improvisada en la que Farruquito hizo de guitarrista, Marina Heredia cantó con mucho gusto y a la que asistieron Juanillo Heredia y Curro Albayzín, entre otros muchos.
Entrevista
"Me considero un músico, no sólo un bailaor"
Farruquito actuará el próximo 15 de agosto en Jerez y 12 de septiembre en la Bienal de Sevilla. Ruiz de Almodóvar
MULTIMEDIA
El bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, clausura en Granada el curso magistral de baile que ha impartido en la Escuela Superior de Arte Flamenco
JUAN PINILLA. GRANADA Para muchos es ya un mito del baile flamenco, un joven que conoce el secreto de la esencia de los clásicos, que pesa como los de ayer, que se mete en los entresijos del alma como los flamencos de antaño. Es la revolución del clasicismo, de la pureza, por eso quizá ha titulado ´Puro´ al último espectáculo que, bajo la producción de Óscar Martos, acaba de estrenar en Mallorca. Ha concedido a La Opinión y el grupo Prensa Ibérica esta entrevista en exclusiva con la única premisa de que tratáramos únicamente la cuestión artística. Sus próximas actuaciones serán en la Plaza de Toros de Jerez el próximo 15 de agosto y en la Bienal de Flamenco de Sevilla el día 12 de septiembre.
-Hay mucha gente que le llama ´maestro´, ¿le trato así durante la entrevista?
-No, por favor. Para mí maestro es el maestro de escuela (risas) Yo entiendo por maestro una persona que sabe muchísimo, y como yo no sé muchísimo, no puedo ser maestro, además creo que en el flamenco se es aprendiz siempre.
-¿Su abuelo Farruco era maestro?
-Ese sí lo era, y un genio, y auténtico, y único, y todos los adjetivos calificativos maravillosos que se le puedan agregar.
-¿Qué es para usted el flamenco?
-Definirlo así con una palabra creo que es prácticamente imposible. Es como algo que te engancha, un lenguaje, como cuando te enamoras de alguien, pero hasta las trancas. Yo con el flamenco me desahogo, me 'enrito', me enfado, me llena, a veces me vacía?.
-¿Y es un ejercicio de soledad?
- También, imagínate tener que componer, que crear, que ver cómo le trasmites esas creaciones a los músicos, a los artistas, eso es estar mucho tiempo solo. Yo siempre disfruto de mi soledad, nunca me he sentido solo porque siempre he tenido mi música, una guitarra, un papel, un lápiz, incluso estando con mucha gente, intento aislarme para estar conmigo mismo.
-Dicen quienes le conocieron de pequeño que lloraba si no le salía un paso bien. ¿Era muy exigente con usted mismo?
-Sí, y lo sigo siendo, lo que pasa que ahora lo disimulo mejor.
-´Puro´ es su último espectáculo. Por primera vez lo vemos encerrarse sin su familia en el escenario y con un título tan sugestivo. ¿Por qué? ¿Qué es la pureza?
-Yo qué sé (risas)? Lo que sientas cien por cien de verdad, la autenticidad? Cuando uno sabe a lo mejor que está de espaldas al público y no le importa, para mí eso son cosas de pureza. Yo bailando muchas veces me pego una soleá entera buscando un segundo de pureza, pero claro, cuando llega ese segundo...
-¿Necesitaba bailar solo?
-Sí, lo necesitaba, y también ponerme el reto de aguantar yo solo todo el espectáculo, como el torero que se encierra en una plaza con seis toros, y tiene que ser él... Hombre siempre están los músicos atrás, que son fenómenos todos, me llevan en bandeja, he encontrado gente que son ´gloria bendita´?
-¿Las nuevas incorporaciones responden a una nueva corriente o a una necesidad?
-Los utilizo de forma diferente, no utilizo un piano para hacer un baile cuadriculado, medido, con nota por golpe, sino simplemente que la gente cuando vaya a ver el espectáculo no vean sólo baile, que puedan también disfrutar de un concierto de guitarra, de piano? Me considero músico, no sólo bailaor, y cuando me puse a crear el espectáculo no me bastaba solo el baile para demostrar tantísimo sentimiento.
-Estrena nuevo productor, en este caso se trata de un barítono, Óscar Martos, ¿cómo ha surgido el encuentro?
-Él viene del mundo de la ópera, un mundo que tiene mucha categoría, y piensa que el flamenco no tiene menos categoría, que necesita ir a los mejores espacios del mundo y por eso estoy con él, porque opina así. Además, que esté en teatros importantes es bueno para el flamenco en general, no sólo para mí, porque lo estamos mostrando por donde vamos.
-Lorca lo llamaba cultura en la sangre, y en términos médicos se llama genética, ¿el flamenco es eso?
-Es un poco, o mucho, de pocas o muchas cosas. Porque hay muchísimas personas que llevan el flamenco en la sangre y no saben tocar las palmas por bulerías, o al revés, personas que vienen de no se sabe dónde y cogen una guitarra y dices ¡esto cómo es!
-¿Cómo ve el pueblo gitano en la actualidad?
-Los gitanos, partiendo de que somos una minoría, pasa como en los barrios pequeños, que se cae un vaso y se entera el pueblo entero, por mucho cuidado que tenga esa persona, y entonces llaman a todos los del pueblo ´rompe-vasos´. Yo no soy racista porque la vida no me ha tachado jamás de eso, mi madre ha tenido alumnos de todas las partes del mundo, hemos tenido amistades que han dormido en mi casa, amigos de verdad con los que mantenemos contacto de muy distintos países.
-¿Pero el racismo existe?
-Yo te hablo por mí. Nunca he visto una persona diferente a mí. Yo tengo amigos de todos sitios, vascos por ejemplo, y por qué tengo que ver en un vasco a un etarra, por qué tengo que desconfiar de una persona por su procedencia, me parece que los que lo hacen son muy torpes y por desgracia en este país hay muchos y esos son los que no están integrados en la sociedad.
-¿Qué ha leído recientemente?
- Estoy leyéndome un libro que se llama ´Huellas´ y simplemente habla de lo que aprenden personas de otras personas, lo reflejan en cartas que le mandan a otros amigos, y cuando te das cuenta, han hecho un mundo, una historia?
-¿Cómo vive usted la religión?
-Yo tengo mi propia religión. Creo en el amor, que es donde creo que al final acaban todas las religiones. Creo en el amor, esa es mi religión, luchar todos los días por ser mejor persona, y ya está.
-Dicen que los flamencos son apolíticos...
-No me considero apolítico, por norma general, los gobiernos que hemos tenido todos estos años, de distintos signos, porque al final son distintas políticas, no han tenido en cuenta como nosotros lo entendemos, a una de las culturas más importantes de España que es el flamenco, entonces, cómo quieren que los flamencos los tengamos en cuenta a ellos...
-¿Qué importancia tiene la amistad en su vida?
-Mucho. Hoy día es un sentimiento en extinción, es muy difícil encontrar un amigo de verdad. Puedo decir que, afortunadamente, tengo algunos amigos, no son muchos, pero son tesoros.
-¿El mejor crítico es uno mismo?
-Por supuesto. Yo leo las críticas pero las leo de una forma que no me dejo llevar por ellas, ni cuando son buenas ni cuando me han dado opiniones menos favorables, porque son las opiniones de personas aisladas. Aquí hay que ser humilde a la fuerza, el que no es humilde no aprende.
-Hay mucha gente que le llama ´maestro´, ¿le trato así durante la entrevista?
-No, por favor. Para mí maestro es el maestro de escuela (risas) Yo entiendo por maestro una persona que sabe muchísimo, y como yo no sé muchísimo, no puedo ser maestro, además creo que en el flamenco se es aprendiz siempre.
-¿Su abuelo Farruco era maestro?
-Ese sí lo era, y un genio, y auténtico, y único, y todos los adjetivos calificativos maravillosos que se le puedan agregar.
-¿Qué es para usted el flamenco?
-Definirlo así con una palabra creo que es prácticamente imposible. Es como algo que te engancha, un lenguaje, como cuando te enamoras de alguien, pero hasta las trancas. Yo con el flamenco me desahogo, me 'enrito', me enfado, me llena, a veces me vacía?.
-¿Y es un ejercicio de soledad?
- También, imagínate tener que componer, que crear, que ver cómo le trasmites esas creaciones a los músicos, a los artistas, eso es estar mucho tiempo solo. Yo siempre disfruto de mi soledad, nunca me he sentido solo porque siempre he tenido mi música, una guitarra, un papel, un lápiz, incluso estando con mucha gente, intento aislarme para estar conmigo mismo.
-Dicen quienes le conocieron de pequeño que lloraba si no le salía un paso bien. ¿Era muy exigente con usted mismo?
-Sí, y lo sigo siendo, lo que pasa que ahora lo disimulo mejor.
-´Puro´ es su último espectáculo. Por primera vez lo vemos encerrarse sin su familia en el escenario y con un título tan sugestivo. ¿Por qué? ¿Qué es la pureza?
-Yo qué sé (risas)? Lo que sientas cien por cien de verdad, la autenticidad? Cuando uno sabe a lo mejor que está de espaldas al público y no le importa, para mí eso son cosas de pureza. Yo bailando muchas veces me pego una soleá entera buscando un segundo de pureza, pero claro, cuando llega ese segundo...
-¿Necesitaba bailar solo?
-Sí, lo necesitaba, y también ponerme el reto de aguantar yo solo todo el espectáculo, como el torero que se encierra en una plaza con seis toros, y tiene que ser él... Hombre siempre están los músicos atrás, que son fenómenos todos, me llevan en bandeja, he encontrado gente que son ´gloria bendita´?
-¿Las nuevas incorporaciones responden a una nueva corriente o a una necesidad?
-Los utilizo de forma diferente, no utilizo un piano para hacer un baile cuadriculado, medido, con nota por golpe, sino simplemente que la gente cuando vaya a ver el espectáculo no vean sólo baile, que puedan también disfrutar de un concierto de guitarra, de piano? Me considero músico, no sólo bailaor, y cuando me puse a crear el espectáculo no me bastaba solo el baile para demostrar tantísimo sentimiento.
-Estrena nuevo productor, en este caso se trata de un barítono, Óscar Martos, ¿cómo ha surgido el encuentro?
-Él viene del mundo de la ópera, un mundo que tiene mucha categoría, y piensa que el flamenco no tiene menos categoría, que necesita ir a los mejores espacios del mundo y por eso estoy con él, porque opina así. Además, que esté en teatros importantes es bueno para el flamenco en general, no sólo para mí, porque lo estamos mostrando por donde vamos.
-Lorca lo llamaba cultura en la sangre, y en términos médicos se llama genética, ¿el flamenco es eso?
-Es un poco, o mucho, de pocas o muchas cosas. Porque hay muchísimas personas que llevan el flamenco en la sangre y no saben tocar las palmas por bulerías, o al revés, personas que vienen de no se sabe dónde y cogen una guitarra y dices ¡esto cómo es!
-¿Cómo ve el pueblo gitano en la actualidad?
-Los gitanos, partiendo de que somos una minoría, pasa como en los barrios pequeños, que se cae un vaso y se entera el pueblo entero, por mucho cuidado que tenga esa persona, y entonces llaman a todos los del pueblo ´rompe-vasos´. Yo no soy racista porque la vida no me ha tachado jamás de eso, mi madre ha tenido alumnos de todas las partes del mundo, hemos tenido amistades que han dormido en mi casa, amigos de verdad con los que mantenemos contacto de muy distintos países.
-¿Pero el racismo existe?
-Yo te hablo por mí. Nunca he visto una persona diferente a mí. Yo tengo amigos de todos sitios, vascos por ejemplo, y por qué tengo que ver en un vasco a un etarra, por qué tengo que desconfiar de una persona por su procedencia, me parece que los que lo hacen son muy torpes y por desgracia en este país hay muchos y esos son los que no están integrados en la sociedad.
-¿Qué ha leído recientemente?
- Estoy leyéndome un libro que se llama ´Huellas´ y simplemente habla de lo que aprenden personas de otras personas, lo reflejan en cartas que le mandan a otros amigos, y cuando te das cuenta, han hecho un mundo, una historia?
-¿Cómo vive usted la religión?
-Yo tengo mi propia religión. Creo en el amor, que es donde creo que al final acaban todas las religiones. Creo en el amor, esa es mi religión, luchar todos los días por ser mejor persona, y ya está.
-Dicen que los flamencos son apolíticos...
-No me considero apolítico, por norma general, los gobiernos que hemos tenido todos estos años, de distintos signos, porque al final son distintas políticas, no han tenido en cuenta como nosotros lo entendemos, a una de las culturas más importantes de España que es el flamenco, entonces, cómo quieren que los flamencos los tengamos en cuenta a ellos...
-¿Qué importancia tiene la amistad en su vida?
-Mucho. Hoy día es un sentimiento en extinción, es muy difícil encontrar un amigo de verdad. Puedo decir que, afortunadamente, tengo algunos amigos, no son muchos, pero son tesoros.
-¿El mejor crítico es uno mismo?
-Por supuesto. Yo leo las críticas pero las leo de una forma que no me dejo llevar por ellas, ni cuando son buenas ni cuando me han dado opiniones menos favorables, porque son las opiniones de personas aisladas. Aquí hay que ser humilde a la fuerza, el que no es humilde no aprende.
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