HACE UN AÑO DE MI VISITA A BAGDAD. SUENAN DE NUEVO DISPAROS CERCA DE LA CAPITAL


Desde el Hotel esta vista del río Tigris parece maravillosa. La gente de Bagdad me pareció fabulosa, llena de vida, ilusiones, con un proyecto de futuro país por construir. Es lamentable cómo los fanatismos y los intereses económicos extranjeros que se diseminan por el mundo entero pueden truncar el desarrollo de un país tan lleno de ilusión. Ojalá cese la guerra fanática que asola tantas esperanzas.

SIEMPRE ABRIL-EN DISCO-EN DIRECTO


YA HA SALIDO EL DISCO DE "SIEMPRE ABRIL" GRABADO EN DIRECTO EN EL TEATRO PABLO NERUDA DE PELIGROS.

SALE A LA VENTA "JUGAR CON FUEGO" DE JUAN PINILLA Y FERNANDO VALVERDE


Por fin ha salido JUGAR CON FUEGO (Valparaíso Ediciones 2013), un trabajo que nace de la amistad entre el poeta Fernando Valverde y Juan Pinilla (en 2003 se conocieron cuando abrió sus puertas el periódico La Opinión de Granada donde trabajaron en la sección de cultura), y de la necesidad de poner en común sus dos disciplinas, el cante flamenco y una poesía que se enmarca dentro de lo que hoy se conoce como "la otra sentimentalidad". El trabajo poético de Fernando Valverde ha sido distinguido con premios como el "Antonio Machado". Sin duda se trata de JUGAR CON FUEGO el mero hecho de adaptar la rigidez del flamenco a estas estructuras poéticas, pero el resultado ha sido más que satisfactorio, sin que por ello hayan tenido que recurrir a rebajar el flamenco y la poesía, si no, que han compartido uno y otra hasta donde les han llevado. 

En el trabajo se puede escuchar soleá, polo, farruca, granaína, bulerías, alboreá, campanilleros, tangos de Málaga, y creaciones musicales empapadas de flamenco. 

El estreno será el día 13 de febrero a las 21 horas en el TEATRO ISABEL LA CATÓLICA. Ya están a la venta las entradas en la taquilla del Teatro y en librerías BABEL. Los discos se pueden encontrar en cualquier tienda.

MI TRIBUTO Y HOMENAJE A LA PEÑA LA ALCAZABA DE LOJA

La primera vez que entré en la peña Alcazaba de Loja me sumergí en un sueño del que aún ando convalenciente. Entré por completo en el mágico mundo del flamenco, descubrí la valentía de los cantaores, el misterio del son y el compás, las madrugadas de cristales rotos donde voz y guitarra se batían en un duelo sin parangón, y los aficionados se deshacían en olés, en estremecimientos, hasta la hora justa en que el sol volvía a iluminar la noche y el guitarrista dejaba de sonar su sentimiento lejano de séis cuerdas. La primera vez que entré a la peña La Alcazaba de Loja a penas contaría con diez años, y el cante flamenco sólo era la música que sonaba en mi soledad de niño pre adolescente que escuchaba sin querer poner atención la defectuosa radio que mi padre hacía sonar cuando se aseaba. A partir del momento en que asistí a la peña flamenca de Loja, el cante flamenco se convirtió en uno de los motivos de mi existencia, en un por qué, en un motor que avivaba el fuego de mi caldera adolescente y que me movía a aprender, a conocer, a estudiar, a indagar. ¿Por qué? ¿Por qué estos hombres y mujeres vestidos de aquella forma elegante, cantan esos sones tan enigmáticos? ¿Por qué esas letras? ¿Por qué esa manera de interpretar la música?

Han pasado ya más de 20 años y sigo sin encontrar respuesta. Han pasado dos décadas, y el flamenco sigue ejerciendo en mí el mismo misterio, el mismo dilema. Pero ayer, una lengua de melancolía sacudió en lo más profundo mi cuerpo el hombre curioso que llevo dentro cuando contemplé como un servidor, que a veces tengo el defecto de creer que la juventud me acaricia eternamente, había soportado el paso de los años sin darme cuenta. Abracé a los socios veteranos de la peña de Loja y pregunté por muchos que, para mi pesar, ya habían desaparecido de la tierra. Añoré los tiempos en que a penas distinguía un cante de otro, pero disfrutaba como un entusiasta de cada uno de los melismas que brotaban entre las columnas de aquel monumento sobre el que se erguía la entidad flamenca que tanta solera soportaba. Desde el escenario tuve lo oportunidad de contemplar como los socios veteranos no perdían sus viejas costumbres de escuchar el cante con seriedad, con profundidad, con silencio, con respeto.

Aún me sorprende adivinar que pude terminar el recital, que pude invitar a mi padre a compartir unos fandangos conmigo cuando la emoción me embargaba de esa manera, que David Caro supo arropar con su guitarra el momento de emoción que viví en la peña que me vio nacer en el mundo del flamenco. Hacía más de 15 años que no cantaba allí y más de 20 años que la visité por primera vez, pero sus valores se mantienen intactos. El amor de aquellos socios fundadores, de los que hoy quedan ya tan pocos vivos, por el cante flamenco es tal (y lo hago extensible a tantas peñas flamencas) que creo en lo más profundo que a ellos le debemos que el flamenco se mantenga en un pulso constante entre vanguardia y verdad, entre disciplina y mentira, y que ese pulso hace posible que el flamenco de valía siga vivo, siga vigente, y haya sido reconocido en el mundo entero.

La peña estaba repleta, no cabía un alma, y entre tanta gente vi caras muy conocidas, muy queridas. Algunos de mis mejores amigos estuvieron presentes en aquel momento, y no pude sentir más alegría y más ganas de cantar y de sentirme a gusto en aquel primer escenario al que yo me subí con a penas dos años, cuando no se vislumbraba en mi imaginario de niño soñador, ser cantaor flamenco. Era lo más remoto que podía imaginar...

Mis deseos los expresé con claridad. Una peña flamenca de tanta solera, de tanta historia y gallardía no puede dejar perder su patrimonio cultural porque en tiempos pasados, los políticos y parte de la afición le hayan dado la espalda. Es necesario, y creo que lo están logrando, que una nueva junta directiva como la actual, joven, formada, con visión de futuro y respetuosa con las enseñanzas de los más veteranos, tome las riendas y devuelva a la Peña La Alcazaba el esplendor que merece. La historia de esta entidad merece este galardón y los socios que quedan vivos, también.

Para todos ellos, para la nueva junta directiva y para los que ya no están, mi aplauso y reconocimiento por su labor.

Con mi abrazo fervoroso de aficionado al cante que abrió allí los ojos al mundo del flamenco.

JUAN PINILLA

SÁBADO DÍA 11 PEÑA ALCAZABA DE LOJA. 22 HORAS.


Nos vamos a la Peña Alcazaba de Loja, la primera peña flamenca que pisó Juan Pinilla en su infancia. Estará acompañado a la guitarra por David Caro (Almería, 1992).

La actuación está prevista a las 22.00 horas en el local de la Peña.