La mayoría de los cantaores que conozco, sobre todo en la actualidad, profesan el agnosticismo. Llegadas estas fechas, al igual que ocurre en navidad con los villancicos, la mayoría interpretan la saeta con soltura y verdadero sentimiento. No es contradicción, es lógica. La saeta solo se puede cultivar en semana santa, lo mismo que el villancico en navidad, son cantes temporales, y el que ama de verdad el flamenco, y siente cada uno de sus estilos, sea creyente o no, puede apuntar y sentir de corazón una saeta cuando se mete en el papel del creyente (muy respetable toda creencia, siempre que no nos la pretendan imponer) Así las cosas, si echamos un vistazo atrás, la historia del flamenco está llena de religiosidad, y los cantaores de principios de siglo XX eran todos devotos y creyentes, no obstante, en la actualidad, esa creencia está más disipada en el espacio, y el cultivo de la saeta es un acto, puramente, de afición, amor por el flamenco y respeto a la tradición que ejercen los demás.
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